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martes, 27 de marzo de 2012

LOS RECORTES SANITARIOS Y NUESTRO MODELO EXPANSIVO DE MORBILIDAD, UNA MALA COMBINACIÓN PARA NUESTRA ESPERANZA DE VIDA.

En nuestro país en los años 50 la esperanza de vida de los ciudadanos al nacer era de 62 años, o sea que no era muy normal llegar a jubilarse, las patologías agudas acababan con la vida de muchos ciudadanos y la aparición de las patologías crónicas sobre los 50-55 años de vida como la diabetes, la hipertensión arterial o la EPOC tenían habitualmente un breve recorrido de 5-10 años. En muchos casos la primera agudización grave de un paciente EPOC acababa con su vida.
Gracias a la mejora de respuesta sanitaria y también a la mejora de la calidad de vida, un ciudadano que en 1950 tenía 60 años y una esperanza de vida de 4-5 años, en 2011 ha pasado a tener una esperanza de vida de más de 22 años. Hasta 1970 un EPOC, diabético o hipertenso que presentaba una complicación grave tenía un 50% de posibilidades de fallecer inmediatamente por el proceso o durante el año siguiente a haberlo presentado.
Por tanto el modelo que hemos conseguido para incrementar en 60 años (1950-2010) más de un 33% la esperanza de vida de los ciudadanos de nuestro país (de 62,1 años en 1950 a 82 años en 2010) es un modelo expansivo en relación a la morbilidad, tenemos más ciudadanos vivos, pero también tenemos más ciudadanos enfermos.
Voy ha intentar realizar una comparación de los costes en farmacia de los ciudadanos (con precios a día de hoy) entre 1950 y 2011.
Un ciudadano de nuestro país al llegar a los 50 años de edad ha gastado unos 3.762 € de media en fármacos, en los siguientes 10 años de los 50 a los 59 años gastará unos 2.548 €, de los 60 a los 69: 5.080 €, del los 70 a los 79: 7.500 € y a partir de los 80 unos 840 € por año de supervivencia.
Por tanto con costes actuales un ciudadano de 1950 hubiese gastado unos 7.210 € en fármacos, en 1980 con una esperanza de vida de 75,62 años unos 15.380 € y en 2011 con una esperanza de vida de 82,9 años unos 20.570 €.
Por tanto las mejoras en el tratamiento de los pacientes crónicos si bien producen una clara mejora de su supervivencia, generan una situación de aumento de costos que nos produce una clara disminución en la calidad del proceso que ha llevado a la mejora de la supervivencia, es claro que un aumento de calidad si produce un marcado encarecimiento del coste del producto no es la opción más deseable.
Posiblemente he realizado un análisis muy sencillo, pero esta sencillez me sirve para evaluar que con seguridad que nuestro modelo de expansión de la morbilidad no tiene un buen futuro y es preciso iniciar ya un modelo contractivo de la morbilidad que nos lleve a retrasar las edades de inicio de las patologías crónicas, para conseguirlo no debemos actuar en la oferta sanitaria si no en las actitudes de nuestros ciudadanos y esto nos lleva a actuar antes de que estén enfermos.
Por tanto no solo precisamos de un paciente activo y co-rresponsable sino de un pre-paciente activo y co-responsable, dicho de otro modo ciudadanos activos, ya que en su misma definición han de ser co-responsables.
Hemos progresado en el tratamiento de las enfermedades que es lo que creíamos era nuestro objetivo, ahora a llegado el momento del cambio de paradigma, ha llegado el momento de aprender a cómo no enfermar y ahí tengo claro que no lo conseguiremos sin la complicidad de los conciudadanos a los que ofrecemos servicio.
La idea de disminuir el gasto sanitario recortando los recursos destinados al tratamiento de las patologías sin cambiar el modelo expansivo de morbilidad, lógicamente solo funcionará si se logra la disminución de la esperanza de vida y creo sinceramente que los ciudadanos de este país nos merecemos mejores ideas de nuestros gobernantes.

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